Los Agentes de Movilidad cuentan desde octubre con tres estaciones móviles duales que permiten medir el nivel de las emisiones contaminantes de los vehículos diésel, gasolina y GLP. Estos dispositivos, llamados opacímetros, adaptados a la normativa europea, se sitúan de manera sencilla en el tubo de escape y, mientras el conductor acelera, mide las emisiones con un tiempo de respuesta de 5 segundos.
Estos nuevos dispositivos móviles, adaptados a la normativa europea, permiten medir el contenido en monóxido de carbono (CO), dióxido de carbono (CO2), hidrocarburos (HC), hexano equivalente (C6H14) y en oxígeno (O2). Los aparatos emiten de manera automática un tique en el que se muestra si dichos valores se superan. De ser así, los agentes levantan acta derivan a los conductores a que obligatoriamente pasen, en el plazo de un mes, una Inspección Técnica de Vehículos (ITV) en centros autorizados. En caso de no realizar esta inspección, o de no adoptar las medidas correctivas pertinentes, podrán ser sancionados con multas por importe entre 750 y 3.000 euros.


























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