Un estudio liderado por investigadores de la Fundación Jiménez Díaz y la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) ha revelado que mantener un estilo de vida saludable reduce significativamente el riesgo de eventos isquémicos y la mortalidad total en pacientes que han sufrido un síndrome coronario agudo, como infartos o anginas inestables. La investigación demuestra que un enfoque integral que incluye una dieta equilibrada, ejercicio físico, reducción del estrés y evitar el tabaco puede tener un impacto positivo, incluso más allá de los tratamientos farmacológicos.
El estudio, titulado “Beyond secondary prevention drugs: Added benefit in survival and events of a healthy lifestyle in patients after an acute coronary syndrome”, fue publicado en la prestigiosa revista American Journal of Preventive Cardiology y ha seguido a 685 pacientes durante casi cinco años. Los resultados muestran que aquellos que adoptaron al menos cuatro hábitos saludables redujeron un 35% el riesgo de sufrir nuevos eventos isquémicos o la muerte y un 59% la mortalidad total.
El Dr. José Tuñón, jefe del Servicio de Cardiología de la Fundación Jiménez Díaz, destaca que, aunque los tratamientos médicos como las estatinas han mejorado el pronóstico de los pacientes, los hábitos saludables continúan siendo esenciales para la supervivencia y la calidad de vida. “El estudio subraya que los avances farmacológicos no deben eclipsar la importancia de un estilo de vida saludable”, afirmó.
Entre los hábitos saludables considerados en el estudio se incluyen el consumo de frutas y verduras, la práctica regular de ejercicio, evitar el tabaco y el alcohol, así como gestionar el estrés. Los pacientes que lograron alcanzar una puntuación alta en estos aspectos mostraron mejoras en su perfil lipídico y una reducción de la inflamación, contribuyendo a un mejor estado general de salud cardiovascular.
A pesar de los beneficios probados de estos hábitos, el estudio también señala que muchos pacientes con cardiopatía coronaria no siguen estas recomendaciones, a menudo priorizando los tratamientos médicos sobre las modificaciones en el estilo de vida. En este sentido, se hace un llamado a aumentar la concienciación sobre los beneficios de adoptar estas pautas preventivas, incluso cuando los pacientes reciben un tratamiento médico óptimo.
Este trabajo refuerza las recomendaciones de las guías clínicas internacionales, que resaltan que la combinación de un tratamiento médico adecuado con hábitos saludables es la estrategia más eficaz para reducir el riesgo de eventos cardiovasculares y mejorar la esperanza de vida después de un síndrome coronario agudo.

























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