La desesperación se ha apoderado del propietario de una granja de vacuno y ovino extensivo en San Lorenzo del Escorial, tras haber sufrido cinco ataques consecutivos de lobos en apenas cinco días. El saldo de estas incursiones ha sido devastador: 11 corderos, 4 ovejas y 4 sementales de gran valor genético han muerto, a pesar de las medidas de protección implementadas, como perros mastines, pastores eléctricos, teleras y mallazos. Incluso la presencia permanente del propietario en la granja no ha sido suficiente para evitar estas pérdidas. Este incidente se suma a una creciente lista de agresiones al ganado en la Comunidad de Madrid, poniendo de manifiesto la situación crítica que enfrentan los ganaderos de la región.
Al parecer, algunos ejemplares de lobos han decidido instalarse en el entorno del paraje, denominado El Campillo; unas hermosas fincas ganaderas situadas entre Collado Villalba, Alpedrete, Guadarrama y San Lorenzo del Escorial. Estos depredadores devoran diariamente a corderos o terneros sin que por normativa del Ministerio de Transición Ecológica, el ganadero pueda tomar acción de defensa sin enfrentarse a sanciones.
Para la organización agraria la Unión de Ganaderos, Agricultores y Silvicultores de la Comunidad de Madrid (UGAMA), en estas condiciones la convivencia de la ganadería con el lobo resulta insostenible y culpa directamente a la administración estatal; que ha impuesto una protección especial al lobo por tratarse de una especie en peligro de extinción sin ningún censo nacional fiable.
Desde UGAMA, se reclama al Ministerio de transición ecológica, que realice un nuevo censo de este animal que permita gestionar adecuadamente su población, ya que el existente en la actualidad, está desactualizado y a juzgar por los datos que manejan las comunidades autónomas, solamente en Castilla León podría haber más lobos que en toda Francia.


























No me creo que los ganaderos tuvieran protección. De todos es conocido que en esta zona de El Campillo el ganado pasta en grandes extensiones sin ningún tipo de protección. Si hubieran tenido mastines los lobos por no enfrentarse a ellos hubieran preferido cruzar la carretera e ir hacia el monte Abantos donde tienen abundancia de caza salvaje, como el jabalí. Hay que investigar muy bien estos ataques. Espero que el Seprona y los Agentes Forestales sean rigurosos y no descubran un fraude para cobrar indemnizaciones.