Cualquier persona que esté al frente de una empresa sabe que la gestión administrativa y la planificación de la estrategia de crecimiento son dos asuntos que requieren de mucho tiempo, recursos y atención dentro de la actividad de la compañía. Especialmente en épocas como el último trimestre, cuando hay que hacer el cierre del año, plantear el próximo ejercicio y tomar decisiones relevantes para el proyecto.
«Este periodo es clave para asegurar el éxito de las empresas a medio plazo», explican desde Leialta, un equipo especializado en asesorar a empresas de todo tipo a nivel nacional. Y, sin embargo, el ritmo diario, la necesidad de captar clientes, la gestión de los pagos a proveedores, etc., hacen que muchos empresarios no puedan sentarse a pensar en estos asuntos, que acaban descuidados.
Precisamente por eso, cada vez más profesionales están contando con un servicio de Asesoría en Madrid, Barcelona u otras grandes ciudades del país.
Estos equipos no solo se encargan de apoyar en la gestión económica de la empresa, sino que llevan a cabo otro tipo de trabajos enfocados a mejorar protocolos, fijar objetivos y optimizar las fortalezas de las compañías a las que prestan ayuda.
Claves de la consultoría para empresas
La Consultoría para empresas tiene una máxima: conseguir mejores resultados con los mismos recursos. Para ello, estos especialistas trabajan con base en un protocolo de análisis que se basa en los siguientes principios:
- Mejora de la competitividad: optimizar los protocolos de elaboración del producto o revisar la cadena logística son algunas de las actitudes que hacen que la empresa comience a marchar mejor.
- Ahorro de costes: uno de los mayores problemas de las compañías familiares es que suelen soportar gastos a menudo innecesarios. Los consultores revisan todos los gastos fijos y variables y los reducen al mínimo.
- Mirada a la innovación: no se puede hacer siempre lo mismo y de la misma manera; hay que integrar nuevos procesos, fórmulas imaginativas de llegar al público o incluso plantear la producción de nuevos servicios u objetos de venta.
- Fomento de la especialización del equipo: pensar en el equipo humano es esencial para engrasar la maquinaria empresarial. Las formaciones, los protocolos de intercambio de información o los cambios de puesto con base en las capacidades son acciones habituales dentro de un proceso de asesoría empresarial.
- Trabajo de la imagen de marca: de nada sirve hacerlo bien si nadie lo sabe. Por eso, las consultoras ayudan a las empresas a mejorar su imagen de marca a través de distintas herramientas como la publicidad.
La asesoría a las empresas familiares
Por sus características, las empresas familiares requieren de un trabajo específico para mejorar su rendimiento a corto, medio y largo plazo. En este sentido, el apoyo externo es clave, ya que los asesores ayudan a los miembros de la familia a analizarse y ver errores que de otra forma no encontrarían.
Entre los más habituales se encuentran los conflictos de intereses, la ya citada falta de cualificación de los directivos o la falta de interés de actualizarse y crecer, por creer que no se puede competir con empresas de gestión más profesional.
Desde empresas como Leialta aseguran que un trabajo codo con codo con consultores profesionales puede dar un giro de 180º a este tipo de situaciones para que los proyectos familiares comiencen a funcionar con una perspectiva mucho más ambiciosa de crecimiento. Tan solo es necesario contar con la voluntad para emprender el camino y aceptar la ayuda de quienes son especialistas en estos procesos.
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