El Ayuntamiento de Leganés firma un acuerdo con la Iglesia de San Salvador 

El Ayuntamiento de Leganés ha firmado un acuerdo con la Iglesia de San Salvador para la exposición, custodia y conservación, durante los próximos cuatro años, de una pintura de un San Cristóbal propiedad municipal. El autor de la obra es el artista multifacético Luis Arencibia Betancort (Telde 1946 – Leganés 2021), nombrado hijo adoptivo de Leganés. La cesión de este cuadro se inaugura hoy, coincidiendo con la festividad de San Cristóbal, patrón de los viajeros.

El primer teniente de alcalde y concejal de Patrimonio, Carlos Delgado, y el párroco de la Iglesia de San Salvador, Pedro Manuel Merino Quesada, han sido los encargados de firmar el acta de entrega y recepción de la obra pictórica, en un acto al que también han asistido la concejala de Educación y Cultura, Mercedes Neria, el exalcalde José Luis Pérez Ráez, y la viuda del autor de la obra, Luz Mari Blanco, extrabajadora municipal encargada de bibliotecas.

Tras la firma, el primer teniente de alcalde, Carlos Delgado, ha destacado que “con este hecho una vez más se demuestra el compromiso de este Gobierno con la cultura y que gracias al trabajo en equipo entre las Delegaciones de Patrimonio y Cultura se ha conseguido que los vecinos puedan disfrutar de esta obra dentro de una joya como la Iglesia de San Salvador”.

“El cuadro se encontraba en el más absoluto olvido, por lo que gracias a este acuerdo se mejorará no solo su conservación, sino que los vecinos podrán admirar y disfrutar la obra en un marco incomparable, manteniendo el Ayuntamiento la titularidad”, ha detallado Delgado.

Un cuadro de corte barroco

La pintura, fechada en 1990, está realizada al óleo sobre tabla y tiene unas dimensiones de un metro por 1,75 metros. De corte barroco, representa a un San Cristóbal llevando a hombros a un niño. La figura principal es un gigante tenso por el esfuerzo realizado, con las venas muy marcadas y el rostro de emociones contenidas. Viste una túnica con infinidad de pliegues como columnas ondeantes y de un rojo oscuro intenso, transmitiéndonos la sensación de fuerza y vitalidad que cuenta la leyenda. La simbología que recoge la obra es la clara muestra de los profundos conocimientos teológicos con los que contaba el autor.