La recogida de basuras le cuesta 190.000 euros más al Ayuntamiento de Moraleja

La grave situación económica que está viviendo el Consistorio, con un severo plan de ajuste que, según el Partido Popular, no se está cumpliendo, y con la ampliación del periodo de carencia para el pago del préstamo del fondo de ordenación, ha provocado que el gobierno comience a buscar soluciones.

Durante el mandato del Partido Popular, se contrató a la empresa Talher, encargada de la recogida de basuras. En la pasada legislatura, dicha empresa avisó al nuevo equipo de Gobierno socialista de que dejarían de prestar su servicio al Ayuntamiento por no cumplir con los pagos debidos, dando de plazo hasta diciembre de 2016 para que licitaran un contrato con otra empresa, ya que no querían dejar sin servicio al municipio.

Tras algo más de un año de espera, el Consistorio no cumplió este plazo, contratando de urgencia los servicios de la empresa extremeña Interlun.

Ahora, Moraleja disfruta de un servicio correcto de recogida de basuras, pero el coste ha sido doloso para las frágiles arcas moralejeñas. De los cerca de 70.000 euros que cobraba Talher se ha pasado a los 260.000 euros que cobra Interlun, por ofrecer los mismos servicios que la anterior empresa.

Talher se marchó por no cobrar sus servicios. Interlun le supone a Moraleja 190.000 euros más y, teniendo en cuenta la situación de emergencia que vive la localidad, puede que las basuras vuelvan a suponer un problema en breve.

Además, ahora hemos conocido que el Ayuntamiento puede enfrentarse a una nueva demanda por el supuesto impago de 55.000 euros a la empresa Plastic Omnium por la compra de contenedores de superficie, un nuevo golpe económico a su crítica situación.

El tema de las basuras, en Moraleja de Enmedio, llega también hasta sus métodos de reciclaje. Hace unas semanas, la concejal de Medio Ambiente Francisca Mora, felicitaba a los vecinos del municipio por su cuidado a la hora de reciclar. El Partido Popular, sin embargo, denuncia en sus redes socilaes que, el interés de los vecinos por cuidar la separación de residuos cae en saco roto, ya que los servicios de recogida vierten en sus camiones el contenido de manera indiscriminada.